Reseña crítica: Beth (Gwyneth Paltrow) regresa de un viaje de negocios de Lejano Oriente y, abatida por una infección parecida a la gripe, fallece de un ataque cerebral sin que los médicos consigan explicarse la relación entre los síntomas y el trágico desenlace. Al poco tiempo su hijo cae enfermo y muere, devastando a su esposo (Matt Damon) quien, sin embargo, parece inmune. La trama se divide en varios andariveles de personajes y órbitas con un entramado rico como para satisfacer al público aficionado a todos los géneros que toca (thriller, drama, ciencia-ficción). Algunas de las subtramas tocan el "docu-drama", describiendo las diversas etapas de avance de la infección, su detección por parte de autoridades sanitarias que deben recurrir a una red mundial de contactos para cerciorarse si hay coincidencia de síntomas y lanzar el alerta una identificado el tipo de virus y obtenido alguna vacuna. Hay conflicto de intereses que surge con los funcionarios de sanidad intentando convencer a autoridades civiles y militares de la letalidad de este virus y la necesidad de actuar enseguida. En la investigación y prevención de los casos, habrá algunos mártires de la causa (Kate Winslet). Aún pasarán meses para encontrar una vacuna y seguramente algún científico desobedecerá órdenes burocráticas (Elliott Gould) y alguna realizará pruebas en sí misma (Jennifer Ehle). Luego, el problema de la logística de distribución de dosis, que en principio serán insuficientes para tratar a todos los pacientes. Todo el proceso es seguido y difundido por un ambicioso blogger (Jude Law) a través de Internet. Incluso una médica enviada a investigar el origen de la plaga (Marion Cotillard), caerá rehén de un pueblo marginado que pretende obtener la primera partida de esas dosis... En fin, se intentan cubrir las fases de la pandemia con historias de personajes que tocan diversas órbitas, desde el pánico de los saqueos hasta el sacrificio humano en pos de la descripción de los síntomas, exponiendo como al daño causado por el misterioso virus se suman los causados por la ignorancia o bien la falta de escrúpulos de las personas. En varios momentos el film crea esos climas de inexorabilidad que habitualmente se suelen vivir en guardias de hospitales y sanatorios; el espectador neófito en tales lides encontrará tensión y hasta algo de pánico. Salvo una escena en que a Gwyneth le hacen la autopsia y le levantan la tapa de los sesos, el film no recurre a cuadros grotescos y prefiere la sugestión de esa muerte silenciosa que flota en el ambiente a la visión directa de pacientes en convulsión con la impotencia de galenos y paramédicos. [Cinefania.com]
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