Reseña crítica: Fines de 1937, Nanking, un episodio de la Guerra Chino Japonesa. La acción de la película nos ubica en las afueras de la ciudad con el nerviosismo de los soldados japoneses en los momentos previos a ingresar a la semiderruida capital de la República China y en la triste deserción del comandante chino y la mayoría de las tropas. Sólo un grupo de soldados, mal armados y auxiliados por civiles y niños, se proponen resistir la entrada de las columnas del ejército nipón. Tras valeroso pero esteril combate, cientos de soldados son capturados y posteriormente fusilados. En ese momento, un pequeño grupo de extranjeros que se quedaron en Nanking organizan un comité, eligiendo al alemán John Rabe (John Paisley) como líder. Rabe, miembro del partido nacionalsocialista alemán, es quien logra hacer reconocer a los japoneses una "Zona de Seguridad" en un sector determinado de la ciudad que no será atacada con la condición que no albergue soldados chinos o integrantes de la resistencia. A partir de este momento se inicia la segunda fase del incidente conocido históricamente como "Masacre de Nanking", tras el fusilamiento de soldados y la matanza de civiles - fusilados, pasados por bayonetas, enterrados vivos, decapitados, etc.-, con la violación indiscriminada de cientos de mujeres chinas. Con un blanco y negro quirúrgico y algunos planos memorables, el director Lu Chuan va describiendo el drama a través de varios protagonistas, sin caer en el panfleto inflamante ni en la falsa neutralidad. Las escenas bélicas, que predominan en la primera hora, poseen una tensión y fuerza que ejercen un genuino contrapunto con la segunda mitad del filme, sin batalla, en que se describe la opresión y el estado de paranoia permanente de los sitiados. Genéricamente, la película podría sumarse a un conjunto de intentos de grandes realizadores por retratar para las nuevas generaciones algunos incidentes o hechos de la II Guerra Mundial. Desde DER UNTERGANG (La Caída-2004) hasta KATYN (Katyn-2007), con mayor o menor grado de revisión, se intenta poner en pantalla el drama humano por encima de lo políticamente correcto- disciplina que era común durante la guerra o en las décadas inmediatamente posteriores al conflicto. Si bien a los hechos de la Guerra Chino Japonesa no se los suele incluir en el estudio de la II Guerra, su importancia como precedente es tan importante o más como, por ejemplo, la de la Guerra Civil Española. Y qué interesante es constatar como varía la óptica según el punto del globo mundial desde que el se mire: en esta apasionante versión de la masacre de Nanking financiada por las autoridades de la China Comunista... ¡el bueno es un nazi! [Cinefania.com]
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