Reseña crítica: "¿Qué significa ser peronista?" se pregunta el activista político Julio Troxler (uno de los sobrevivientes de la "Operación Masacre", que en la película se interpreta a si mismo). Como respuesta el director Jorge Cedrón nos ofrece una impresionante selección de material de archivo en que la voz de Troxler narra una sinopsis selectiva del movimiento, ofreciendo un sincero pero enfático panfleto propagandístico. Cuando este introito documental va alcanzado su cenit, se inicia la película propiamente dicha, con la prolija narración de la noche fatídica del 9 de junio de 1956. Varias personas se reúnen en una casa de la localidad bonaerense de Florida a escuchar una pelea de boxeo por la radio. Mientras el relato de Fioravanti va exaltando a los aficionados al deporte-espectáculo, parte de los presentes, adictos al peronismo y enterados de que esa noche se realizará una sublevación para derrocar al gobierno de facto de Aramburu, esperan ávidos noticias vía radial. La policía allana varias casas del barrio y se llevan detenidas a 15 civiles, algunos de los conjurados pero también varios inocentes que no tenían idea de nada. Durante la madrugada se irradia un decreto especial del presidente Aramburu que establece ley marcial: Todo detenido debe ser fusilado. Al fin, luego de la liberación de tres personas que habían sido detenidas en la calle, el resto de sospechosos son conducidos en un camión hasta un basural de José León Suárez. Ahí se produce un intento de fuga y los policías terminan liquidando a cinco de los doce detenidos. El resto, o bien se escapan en la confusión (como Troxler), o se hacen el muerto o bien sobreviven a las balas. Es justamente el caso del "fusilado que vivió" (Walter Vidarte) que motiva al periodista Rodolfo Walsh a iniciar en 1956 la investigación que genera el famoso libro "Operación Masacre" que es considerada la primera novela de no ficción de la literatura. Luego de culminar el relato de las consecuencias de los fusilamientos, la película retoma el material de archivo y es Troxler quien termina completando la historia apuntando en su narración a la "Patria Socialista". En su faz documental-propagandística, OPERACIÓN MASACRE es un auténtico hallazgo, ya que hila una narración inflamante destinada a hacer hervir el pecho de todo peronista combinando inteligentemente un relato histórico-social con imágenes más que elocuentes. No hay mucha ambigüedad ni contradicciones en el discurso revolucionario y si bien puede haber peronistas no izquierdistas en desacuerdo con la respuesta que Troxler da a la pregunta inicial o la identificación de la "oligarquía" como enemiga del peronismo sea muy simplificante, al menos el panfleto enunciado es consecuente con la ideología de Walsh y Cedrón. En su faz dramática, la película difiere con esta perspectiva y adquiere una categoría superior al panfleto, ya que no cae en la típica táctica de la propaganda de divinizar al héroe y demonizar al enemigo. De esta manera, los detenidos no son mostrados como mártires concientes ni los policías o comisarios como villanos sádicos (incluso, por momentos se escucha la voz del comisario que tuvo que cumplir la orden del fusilamiento, narrando su punto de vista de ese terrible momento). La trama es enriquecida con diálogos apasionantes y logra crear un denso clima de aprehensión, virtud de todo buen thriller testimonial (que combina verosimilitud, denuncia y realismo con los habituales carriles del suspenso cinematográfico). El contraste entre ambas caras de esta misma moneda (contradictoria, simple y compleja a la vez), entre el panfleto visceral de izquierdas incendiarias y el docudrama testimonial-humanitario, también hace que la pregunta sobre la significación de "ser peronista" adquiera un carácter esotérico, indescifrable, casi místico.
La película, filmada bajo "cierta" clandestinidad entre 1970 y 1972, adquiere un carácter especial teniendo en cuenta que sus autores (Cedrón, Walsh, Troxler) morirían asesinados durante los cruentos años '70.
Temas musicales: "Balada del hombre que se calló la boca" de Cedrón y Gelman, "Pobre gallo bataraz", "Señor soy del centro" de Balioti y Adamini; "La canción del Linyera" de Lozzi y Pelay; "Melenita de oro" de Flores, Linnin y Pesce; "La Puñalada" de Castellanos y Flores; "El bulín de la calle Ayacucho" de Servidio Flores, además de valses de Strauss y la 9na. Sinfonía de Beethoven. [Cinefania.com]
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