Reseña: Durante una noche de borrasca, los oficiales de la ley Kelly y Dempsey (los desopilantes Hugh Herbert y Allen Jenkins), sufren una pinchadura en una carretera cercana a un faro. Mientras Dempsey cambia el neumático, Kelly se entera del nombramiento de Clancy como nuevo comisionado de policía, cuya principal promesa fue la de librar a la comunidad de la acechanza del maleante conocido como "El Pulpo del Crimen". Para ello anuncia la recompensa de $50 mil a quien entregue a semejante zar del delito. Hay un grito femenino y nuestros protagonistas recogen a una mujer, Vesta Vernoff (Marcia Ralston), que alega haber visto el cadáver de su padre en el susodicho faro. Debido a que se trata del Dr. Vernoff, inventor de un rayo de radio que es afanosamente buscado por el temible Pulpo. Al llegar al misterioso lugar, además de encontrar un cuerpo colgado, se topan con Paul Morgan (John Eldredge), pintor que alquiló la finca para instalar su estudio. A pesar que Vesta y Paul se conocen entre sí, el muchacho hace como que es la primera vez que la ve. Al listado de sospechosos se suma el Capt. Hook y Mr. Cobb (George Rosener y Brandon Tynan), quienes arriban con una mujer empapada, Polly Crane (Margaret Irving) y, finalmente, la ama de llaves de Vesta, Nanny (la anciana Elspeth Dudgeon). El crimen se torna más misterioso aún cuando Kelly y Dempsey logran descolgar el supuesto cadáver, para darse cuenta que se trataba de un pelele. Y como pieza fundamental de este rompecabezas grotesco, los tentáculos de un pulpo bloquean todas las puertas de salida, encerrando a este heterogéneo grupo humano con consecuencias netamente tragicómicas. El resultado de esta adaptación de la obra teatral "Sh! The Octopus" de Ralph Spence, Ralph Murphy y Donald Gallaher, estrenada en New York el 21 de febrero de 1928, es un simpático film que Warner estrenó como clase B y que, según el investigador John Soister, "es una pena que no sea mucho más conocido". [Cinefania.com]