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Tarea: escribir un texto a partir de asociaciones libres usando un método no previsto por William Burroughs (¿o sí?). Se escribe una palabra que no figura en el diccionario incorporado al Word y se ve qué sugiere el corrector ortográfico. Por ejemplo, para “peronista”: persista, perinola, pernocta, periodista. Un periodista peronista persiste en su adicción al juego de la perinola. (Horrible, mejor seguir pensando). A ver ahora: el periodista, huyendo de la Triple A, pernocta en una pensión de estudiantes del interior en La Plata. Hasta ahí, sólo un lugar común del cine argentino: hacer pasar por un sin duda valiente exorcismo de los Años de Plomo un bodrio con subsidio estatal para consumo de burgueses políticamente correctos. Digamos con Víctor Laplace y Ulises Dumont.
Mucho mejor sería hacer una variante descreída y posmenemista de esa película, una relectura de Por un fracaso, millonarios: un par de productores quieren levantarse un palito verde montando un fracaso estruendoso. Piensan joder a los que ponen la guita y quedarse con el subsidio del Estado ya que, al haberles ido tan mal, nadie les va a pedir que devuelvan nada. Pero en esta remake tercermundista no venden varias veces participaciones en las ganancias (¿una película que dé ganancias, acá?) sino que ofrecen la posibilidad de lavar dineros sucios a un juez, a un diputado, a un narco colombiano, a un banquero, a un representante de jugadores de fútbol. Al juez Berlusconi, por ejemplo. O al diputado riojano Mejía Godoy. Ya lo veo al diputado, en su villa de Chilecito. Tiene fotos con Menem, con Don King, con Claudia Schiffer (se ufana de habérsela levantado), con Fujimori, con Bettino Craxi. Un tipo incombustible; siempre cae parado. "Yo sobreviví a cien escándalos, querido. Y Nixon, que era un estadista, el presidente de Estados Unidos, no resistió el primer quilombo". (La frase es en realidad de Don King). Otra boutade de Mejía Godoy: "para pescar giles, pibe, alcanza con un anzuelo sin carnada."
Los productores piden a los capitalistas un pequeño aporte, casi simbólico: luego falsifican contratos de venta de derechos al exterior y se reparten las ganancias dibujadas entre todos. Da para una obra mezcla de neorrealismo italiano, sainete, grotesco; un fresco de época.
Buscan al peor director posible, al peor guionista posible. (Arduas tareas; cómo desempatar entre miles). Ahí hay otra punta: ironizar sobre cineastas y guionistas argentinos. Buscan a un actor gay español, un vasco malísimo, para darse dique con el verso de la coproducción. El método para hacer una película desastrosa es simplemente replicar el cine argentino de los últimos treinta años: hacer una película ridículamente palabrera y pretenciosa para que la vean menos de dos mil personas. Abusan intencionadamente del color local: meten a la fuerza tango, desaparecidos, fútbol, mujeres argentinas, Borges, Caminito, la Recoleta. Extorsionan a los críticos más esnob para que escriban bien de la película ¡así fracasa! (si éste la elogia, la obra es un bodrio irredimible, piensan que dirá el público).
Acerca del título: debería ser cursi, pretencioso. Barajan nombres: debería ser una cita de alguien prestigioso pero que nadie leyó nunca, tipo Marcel Proust, Manucho Mujica Láinez o Eduardo Mallea (recordar a Borges: los títulos de las obras de Mallea son espléndidos; lástima esa manía de Eduardito de adosarles libros). Probar con títulos largos: Tango de una generación aplastada por la barbarie. O bien Bailando un tango con La Muerte. Qué tal Un corte, una quebrada, un pan de trotyl. Pero la obra se convierte en objeto de culto, algo tipo Ed Wood. La reinvención del cine argentino, titula Clarín ante el éxito. Ya no se puede hacer un bodrio, suspiran, resignados.
Los dos productores deberían ser una pareja tipo Borges – Álvarez, o Porcel – Olmedo. Uno gordo y otro flaco. Alfredo Casero y Mex Urtizberea estarían muy bien. Y, como homenaje, se llaman Miguel Ángel Álvarez y Alberto Borges. Que se hace pasar por sobrino lejano de Tío Georgie.
(Escrito originalmente en ¿2002, 2003? y resucitado para la ocasión).
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