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EL AGENTE CERO A LA IZQUIERDA: DIEZ AÑOS DESPUÉS

Es cierto que los escasos nueve episodios de "Cero a la Izquierda" han sido repetidos recientemente por señales de cable (recuerdo haberlos visto por Volver y por I-SAT), pero como este año se cumple una década desde que se grabó el último capítulo, podemos hablar de diez años de ausencia. Si veinte años no son nada, diez años, empero, parecen ser muchísimo (las matemáticas no son mi fuerte). . (La versión original de esta nota fue publicada en Televicio Webzine en mayo de 2003).

Por si no lo recuerdan, "Cero a la Izquierda" era una serie argentina cuyo protagonista era un detective privado que hacía changas para la SIDE. Aprovechando las leyes de flexibilización laboral del menemismo, esta organización contrataba personal temporario o tomaba pasantes (éste es sólo uno de los mordaces apuntes que los guionistas incluían todos los capítulos). El detective de marras tenía menos suerte que sus colegas del Primer Mundo, James Bond o Maxwell Smart: en lugar de 007 u 86, su nombre clave era precisamente el nombre del programa.

Salvo el Señor Cinco (que era la voz de Roberto Carnaghi), los actores eran todos ilustres desconocidos, extras, o estrellas del underground porteño (lo que es probablemente un oxímoron). Nada se sabía de ellos y ninguno de ellos tuvo proyección posterior. Nunca se supo quiénes integraban el misterioso equipo de guionistas y directores ("Los Responsables"). Incluso llegaron al extremo de presentarse enmascarados a la entrega de los Martín Fierro.

La apertura del primer capítulo es una joya. El ignoto detective (al que no se lo llama por su nombre en ninguno de los nueve episodios) es citado en la oficina del jefe de la SIDE (el Señor Cinco, un caballero de acento riojano al que, como al Charlie de los Ángeles epónimos, nunca se le ve la cara). Ambos se conocen; si bien no queda claro, parecería que el futuro Cero a la Izquierda (en adelante, 0_) trabajó antes en la Secretaría y perdió su puesto por algún asunto oscuro (el mismo 0_ dice en el capítulo 2: "¿pero quién no tiene un pasado negro en estos días?"). El Señor Cinco lee el CV de 0_ y le dice que ha decidido convocarlo para una misión sumamente importante. 0_, recelando de una trampa, pregunta por otros agentes. El diálogo es más o menos así:

0_: ¿Y por qué no va el Negro Rocamora?

5: Lo mandamos a infiltrar al Ku Klux Klan.

0_: ¿Dorado?

5: Lo mandamos a Paraguay a infiltrar una célula fundamentalista islámica. No lo dejaron entrar y está demorado en Migraciones.

0_: ¿Pero Paraguay no es una nación amiga?5: Sí, pero la gente de documentación le dio un DNI donde dice que es menor de edad y nos olvidamos de adjuntar la autorización de los padres.

0_: Veo que todo sigue igual. ¿Andrés?

5: Investiga amenazas telefónicas a la gente del FREPASO.

0_: ¿El Turco?

5: Amenaza telefónicamente a la gente del FREPASO.

El agente 0_ no era ni muy alto ni muy bajo, cuarentón, "con algunos kilos de más y con algunos cabellos de menos" (como él mismo dice). Su cara era inexpresiva y sin ningún rasgo especial. Un hombrecito gris más - muy convenientemente...

Tiene una personalidad muy particular. Sabemos que juega todos los días a la quiniela y que es experto en infinidad de juegos de cartas, y que su forma de hablar suele reflejar estos gustos. En uno de los capítulos, queriendo decir que detectó que alguien estaba mintiendo, dice que "lo agarré cantando la falta envido con 23". En otra oportunidad, dice de él mismo que es "uno de tantos millones de personas que salen todos los días a pelearla con dos cuatros y una sota". O, después de haber recibido una paliza fenomenal en un galpón que estaba entre las casas con números 64 y 72 de una calle, reflexiona y se acusa de haberse confiado: "qué boludo, entre el 64 y el 72, la sorpresa y el llanto". O responde a un terrorista iraní que lo apunta con un revólver, un capítulo en el que está permanentemente pensando qué número jugar esa noche: "claro, el revólver, el 7".

Estuvo detenido por espía en 1981 en Chile, donde fue torturado salvajemente: fue "obligado a ver fútbol chileno durante tres días con sus noches". Viste sin distinción alguna. En una ocasión en la que debe ir a una fiesta en una disco, combina los colores con la escandalosa despreocupación de un daltónico: traje violeta oscuro con rayitas amarillas, camisa violeta claro con botones nacarados, mocasines de charol blancos y medias de seda color durazno. Suele beber un trago a base de vodka y martini cuya graduación alcohólica se mide en grados en la escala de Richter. Ah, y es hincha de San Lorenzo...

LOS GAGS DE 0_

Una característica de 0_ es el humor que campea victoriosamente en todos los episodios. Aquí uno de sus mejores epigramas: "Usted, Cardona, es un objeto sexual: un verdadero forro. Y su mujer es tan fea que es la demostración de la belleza por el absurdo"

* En uno de los capítulos, 0_ debe huir de unos etarras con una bella agente española. Al doblar una esquina ven a unos policías de uniforme y sienten alivio. Se acercan a ellos y resultan ser extras que están filmando una película...

* En otra ocasión, camina por Palermo junto al Señor Cinco y saluda a una figura femenina de curvas escandalosas diciéndole "chau, ángel". "Chau, hermoso", es la respuesta, pronunciada con una voz profunda, inconfundiblemente masculina. "¿Quién es", inquiere el Señor Cinco. "Ángel", responde 0_.

* Le advierten que una persona a la que debe proteger es hipersensible. Cuando se lo presentan, ve que esta persona tiene una mancha en un puño de su camisa. Se lo hace notar, y el desdichado sale corriendo y se arroja por la ventana...

* En el capítulo final debe ir a la Casa Rosada y se encuentra al Ministro del Interior sirviendo café. Pregunta qué está pasando y el Señor Cinco le responde: "los empleados están de paro y la Casa Rosada está siendo atendida por personal jerárquico".

LOS NUEVE CAPÍTULOS, UNO POR UNO

UNO: debe infiltrar un exclusivo spa donde se sospecha que se ejerce la prostitución de alto nivel. El spa se llama "Afrodita Calipige" (un chiste que pasa desapercibido para los que no sepan que, en griego, quiere decir "Afrodita la de las bellas nalgas"). Algunos de los curiosos personajes con los que se cruza: Madame Frigitte (la administradora), el Capitán Masoch, Pindonga (un negro que hace de esclavo etíope), la doctora Clítoris, el misterioso Kamasutra, la sensual Déborah Dora, el señor Mevoy (alguien que siempre llega antes de tiempo; luego se descubre que padece de eyaculación precoz).

DOS: el capítulo más delirante. Una secta de dementes fanáticos de Carlitos Balá toma las instalaciones de Canal 11 y amenaza con ejecutar a los rehenes si no se reponen los programas del cómico. Imperdible la hesitación de 0_ cuando descubre que el primer rehén al que van a ejecutar es Bernardo Neustadt...

TRES: junto a una colega española, debe desactivar una célula de terroristas de la ETA. Tal vez el capítulo más flojo.

CUATRO: debe recuperar una copia robada del verdadero Informe de la Comisión Warren (aquella investigación sobre el asesinato de John Kennedy). Va a entrevistar a una testigo y, para ganarse su confianza, la ayuda a secar los platos... Cuando la escena termina y sale de la cocina detrás de la dama, 0_ mira a cámara y dice cómplice: "ésta no la tenían ¿no?"

CINCO: investiga el crimen de un millonario que, pese a su dinero, es un hombre muy infeliz (Marcelo Tinelli, el primero de los papeles cubiertos por un famoso, algo que luego copiaría Adrián Suar para "Poliladron"). Una y otra vez se le cruza en el camino una persona que, al estilo de Alonso Quijano / Don Quijote, ha leído demasiado y se ha creado un personaje. En este caso, es un obseso lector de novelas policiales que se cree Philip Marlowe. El capítulo menos humorístico, pero uno de los mejores.

SEIS: debe descubrir qué se trae entre manos una célula terrorista iraní y recurre a la ayuda de dos detectives rosarinos, cuyos nombres clave son Norbegaserto y Gustagasavo. Aparece Charly García como pianista de un bar de mala muerte, siempre medio borracho. En un momento dice "¡yo le enseñé a tocar a Fito Páez!". El dueño del bar le dice a 0_: "siempre le da por decir eso cuando está en pedo. No le dé pelota".

SIETE: un capítulo "afanosamente inspirado" en otro de "Luz de luna", aquella serie de los '80 con Bruce Willis y Cybill Shepherd. Aquí 0_ sueña que es un espía en la corte de los Borgia. Entre otros aspecto oníricos, se usan armas modernas, César Borgia es sospechosamente parecido a Carlos Menem, y Lucrecia tiene un aire a María Julia Alsogaray...

OCHO: investigando un caso de lavado de dinero del narcotráfico, viaja a un pueblito de Corrientes donde debe contactar a un abogado. El profesional, único abogado del pueblo, lo atiende en su oficina: un "reservado" hecho con cortinas, en un rincón del lobby del único hotel del lugar... Ah, el abogado es un imperdible Tato Bores.

NUEVE: el minuto inicial es de lo mejor de la serie toda. Paralelamente a que vemos a un hombre apagar su PC, cerrar su oficina, bajar por el ascensor, llegar al estacionamiento subterráneo y abrir su auto, en uno de esos anodinos programas televisivos de concursos se está eligiendo al azar un número de teléfono celular. Seguimos el concurso porque tenemos en primer plano el sonido del programa y porque, a medida que el hombre recorre su itinerario de salida, la cámara va mostrando televisores donde se lo observa (en la oficina de al lado, en un departamento que tiene la puerta abierta, en la cabina del guarda del estacionamiento). Cuando el hombre se sienta en su coche, un desconocido, desde el asiento trasero, le vacía en la cabeza el cargador de una pistola con silenciador. Instantes después, suena el celular del muerto: el número elegido al azar en el programa de TV es el suyo.

Quizás como metáfora de la escasa colaboración del canal, 0_ es traicionado por sus superiores. Pero 0_ se niega a aceptar su suerte y decide resistir a balazos, rodeado en una cabaña en medio del campo. El final es abierto y recuerda al de la versión fílmica de Howard Hawks de "El sueño eterno", la novela de Raymond Chandler: cuando 0_ le advierte a su amante, la agente 21, que se vienen momentos difíciles, ella lo mira a los ojos y le dice: "nada que no puedas solucionar".

 

 

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